Doble luna. 1889. Óleo sobre lienzo. 40,9 x 54,2 cm. Obra de Casimiro Sainz
Encabezamiento del blog: El guardián de la casa.
Calle Santa Úrsula. Toledo. 1879. Óleo sobre tabla. 19 x 13 cm. Colección particular. Santander.
La puerta de Alfonso VI en Toledo. 1877. Óleo sobre tabla. 24 x 14 cm. Colección particular. Madrid.
Durante estos años, Casimiro Sainz, seguramente en compañía de sus amigos y compañeros, recorre ciudades cercanas a Madrid: Toledo, Ávila, Soria o Segovia. En ellas encontraba lugares idóneos en donde inspirarse. La particular y cálida luz castellana era además perfecta para lo que quería o buscaba. Así, a este momento, corresponde Toledo (El Cigarral) (c. 1877), Ávila (c. 1877), La puerta de Alfonso VI en Toledo (1877), la Calle de la Virgen de Gracia de Toledo (1879) o la Calle de Santa Úrsula. Toledo (1879).
Calle de la Virgen de Gracia de Toledo. 1879. Óleo sobre tabla. 20,5 x 13,5 cm. Colección particular. Reinosa.
Junto a sus compañeros, Casimiro Sainz busca rincones madrileños al aire libre en donde inspirarse. Así encuentra en el parque de El Retiro, en el jardín Botánico y, especialmente, en la ribera del Manzanares, lugares idóneos para su inspiración. Pinta paisajes minuciosos en los que integra perfectamente la figura humana, en escala óptica adecuada para que el protagonismo lo tenga precisamente el paisaje. En muchos casos, se observan en lontananza conocidos edificios de Madrid. Merecen destacarse Lavando (c. 1877), En la fuente de San Antonio de la Florida (c. 1877) o Lavanderas en el Manzanares (c. 1877), cuyo soporte iconográfico repetirá en la Exposición Nacional de 1881. En muchos casos, se observa una reminiscencia tardorromántica, fundamentada en el tratamiento lumínico, ayudado por la presencia humana -no como esencia pictórica sino como simple acompañamiento y efecto de escala óptica- y la minuciosa técnica
Lavando. 1877. Óleo sobre tabla.23,8 x 14,2 cm. Colección Particular. Madrid.
Lavanderas en el Manzanares. 1879. Óleo sobre tabla. 50 x 30 cm. Colección particular.
En la fuente de San Antonio de la Florida. 1877. Óleo sobre lienzo.44,5 x 24,5 cm. Colección L.L.
Las nieblas de Izara. 1874. Óleo sobre lienzo. 36 x 55,7 cm. Fundación Marcelino Botín. Santander.
La vega de Matamorosa. 1879. Óleo sobre tabla. 12,6 x 22,3 cm. Colección particular.
Matamorosa. 1881. Óleo sobre tabla. 9,8 x 16,5 cms. Colección particular. Madrid.
El pozo del amo. 1881. Óleo sobre tabla. 38,5 x 26 cms. Colección particular. León.
Tiestos con flores. 1880-1881. Óleo sobre lienzo. 75 x 48,4 cm. Colección particular. Madrid.
El río y la sierra del Guadarrama. 1879-1880. Óleo sobre tabla. 15 x 30 cm. Colección particular Madrid.
En el cigarral de Toledo. 1879-1880. Óleo sobre lienzo. 24 x 46,5 cm. Colección B.C.Santander.
Nacimiento del Ebro. (Fuentes del Ebro) 1885. Óleo sobre lienzo. 50,5 x 37,7 cm. Colección particular. Santander.
Remanso. 1884. Óleo sobre tabla. 15,3 x 26 cms. Colección particular. Madrid.
Ávila. 1877. Óleo sobre lienzo. 47 x 70,2 cm. Colección particular. Madrid.
Árboles en flor. 1878. Óleo sobre tabla. 17,9 x 11,9 cm. Colección particular. Madrid.
En otros ejemplos, trata aspectos parciales de cerrados bosques, buscando y consiguiendo buenos efectos de filtraciones lumínicas, como en las hermanas Bosque o Rincón de floresta, ambas también de 1878. Tanta brillantez y diafanidad lumínica había de llevarle, por fuerza, a la práctica de un naturalismo plenamente moderno, que no ejercitó de forma continuada, advirtiendo en ocasiones ciertas involuciones, quizás debidas a malas rachas psíquicas. Son muy elocuentes y sorprendentes, por ejemplo, los Árboles en flor (1878) o Descanso en el camino (c. 1878), ambas de propiedad particular madrileña, en donde la libertad de pincelada y absoluta claridad lumínica confluyen en una evidente referencia a Aureliano de Beruete. Ambos pintores debían de conocerse y se sabe que Beruete gustaba intercambiar pequeñas obras entre amigos y colegas. No resulta extraño, por tanto, que en la famosa exposición monográfica dedicada a Casimiro Sainz, organizada por el Círculo de Recreo, que tuvo lugar en 1899, consten dos obras del cantabro, propiedad de Beruete.

Vista de Madrid. 1879. Óleo sobre lienzo. 37,5 x 46,4 cm. Colección particular. Madrid.
Paisaje Castellano. 1879-1880. Óleo sobre tabla. 33 x 45,8 cm. Colección B.C. Santander.
Huerta. 1879-1880. Óleo sobre lienzo. 20,5 x 28,5 cm. Museu Nacional D´ARTE de Catalunya. Barcelona
Rincón de floresta. 1878. Óleo sobre tabla.24,7 x 14,9 cm. Museo Municipal de Bellas Artes de Santander.
Y, efectivamente, llegamos a sus obras magistrales, propias de un artista como pocos: El Cigarral de Toledo (c. 1879-1880), en manos privadas santanderinas, la Huerta (c. 1879-1880), del Museo Nacional de Arte de Barcelona. La cota máxima de su modernidad y valentía plástica, de su luminismo, apoyado en el gesto de ejecución, se puede admirar en Paisaje castellano (c. 18791880) (colección particular de Santander), su testamento artístico; y en El río y la Sierra de Guadarrama (c. 1879-1880) (colección particular de Madrid). En ellas, afirmar que Beruete o Sainz, Sainz o Beruete son la misma mano que las llevó a cabo, no sería un error. Si bien, Sainz parece adelantarse, estando más en la línea pictórica de Martín Rico. No perdamos de vista que las lleva a cabo con tan sólo veintiséis o veintisiete años, joven y fresco aún, con personalidad, capacitación e intuición para erigirse como relevante artista de ruptura, que, calladamente, consigue, constituyendo toda una agradable sorpresa.

APUNTE BIOGRÁFICO.
Casimiro Sainz Saiz (Matamorosa; 4 de marzo de 1853 – Madrid; 19 de agosto de 1898) es un pintor español, destacado por sus paisajes y escenas de interiores.
Era hijo de Francisco Sainz Martínez, albéitar o veterinario burgalés que se casó en Matamorosa (Campoo de Enmedio, en Cantabria) con Plácida-Ignacia Saiz Mantecón. Era el último de los diez hijos del matrimonio. Su madre murió de cólera a los once meses del nacimiento de Casimiro.
A los trece años (1866), fue enviado a Madrid, a trabajar en el negocio de ultramarinos de su cuñado. Allí recibe sus primeras clases de dibujo. Por problemas físicos, se ve imposibilitado para trabajar y regresa a Matamorosa.
La aparición de un tumor blanco, en la articulación inferior de la cadera izquierda, va a condicionar el resto de su vida, tanto física como emocionalmente, produciéndole desordenes mentales.
A los diecisiete años, gracias a una beca de la Diputación de Santander vuelve a Madrid, para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, siendo sus maestros, entre otros, Vicente Palmaroli y Carlos de Haes.
Entre 1875 y 1881 vivió en Madrid, Toledo, Ávila y Segovia. En 1881 logró premio en la Exposición Nacional. En el verano de 1878 mostró síntomas de enfermedad mental; al agravarse su salud, marchó a Matamorosa en 1881, para restablecerse. Aquí pintó numerosos paisajes, que se encuentran entre lo más celebrado de su obra.
Restablecido hasta cierto punto, regresó a Madrid en 1884. Participó en la Exposición de la Sociedad de Escritores y Artistas, con buenas críticas. En este periodo, aun pasaba calamidades económicas pero consigue la exclusiva de venta de su obra, con el afamado marchante Pedro Bosch que le ayudará a salir del paso, aunque las condiciones abusivas del marchante hacen que en 1886 sufra un deshaucio
El 21 de febrero de 1890 ingresó en el manicomio del doctor José María Esquerdo, en Carabanchel. La Diputación Provincial le concedió una pensión que sirvió para abonar la estancia en el sanatorio. Consiguió de nuevo premio en la Exposición Nacional de 1890.
En los últimos años de vida, su enfermedad le impidió pintar. Falleció a consecuencia de la infección purulenta de su pierna. Fue enterrado en el Cementerio de Carabanchel.
La noticia de su muerte, va conociéndose en los ámbitos artísticos y en 1899 el Circulo de Bellas Artes, realiza una exposición homenaje con más de 107 obras del autor. El éxito es total, tanto, que incluso la Reina María Cristina y la Infanta Isabel acuden a la muestra. Momento a partir del cual, su nombre comienza a ser revalorado.
En 1922, sus restos se trasladaron a Reinosa, donde se encuentran enterrados, bajo una escultura realizada por Victorio Macho.
Entre otros homenajes, tiene dedicadas sendas calles en Santander y Torrelavega, y lleva su nombre el Colegio Público de Matamorosa.
Obra
_ El descanso, Medalla de Tercera Clase en la Exposición Nacional de 1876. El cuadro reproduce un rincón del estudio de Palmaroli, con una modelo y un pintor (el joven pintor cubano Eduardo Pelayo).
_ La calle de Tetuán, a espaldas de la Iglesia del Carmen de Madrid.
_ Vistas de un jardín, Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional de 1881, pintado en el jardín del Barrio de Pozas.
_ Vistas de un invernadero
Estando en Campoo pintó numerosas obras con paisajes de La Montaña, entre los que cabe citar: Un rebaño, Cercanías de un Monasterio (se refiere al de Montesclaros), El guardián de la casa (1883), Colegiata de Cervatos, Paisaje Campurriano, Vista de la Vega de Matamorosa, Procesión de Montesclaros.
El más destacado de todos y, posiblemente, su obra más famosa, es El nacimiento del Ebro, que obtuvo Segunda Medalla en la Exposición Nacional de 1890.
Sobre el mismo tema pintó Fuentes del Ebro, presentada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892.
(Información obtenida de Wikipedia)
Fuente de los cuadros: FORO XERBAR.
Fuente textos anteriores al Apunte Biográfico: La inconclusa obra artistica de
Casimiro Sainz Saiz (1853-1898)
Salvador Carretero Rebes
NOTA: La edición de comentarios está yendo para abajo, pues se ha creado un gran espacio, que no logro suprimir. Pido disculpas.