dimarts, 15 de març del 2011

¿QUÉ PODRÍA CONLLEVAR EL ACCIDENTE NUCLEAR DE JAPÓN.?- Blogpost por CARLOS BRAVO.



marzo 12, 2011 en 20:21
Desde Greanpeace queremos, en primer lugar, expresar nuestras condolencias a los familiares de las víctimas del terrible terremoto que ha sufrido Japón.

Estamos profundamente preocupados por las posibles consecuencias que el terremoto y el tsunami puedan tener sobre la seguridad de las instalaciones nucleares de Japón, así como de otras industrias peligrosas como las refinerías de petróleo o fábricas de productos químicos, y sobre sus potenciales efectos sobre la salud pública y el medio ambiente.
La situación en varias centrales nucleares, en especial en la de Fukushima-1, es muy preocupante. Catorce centrales nucleares situadas en la costa noreste de Honsu, la isla principal de Japón, están cerradas, probablemente muy dañadas todas ellas, como consecuencia del terremoto de ayer, de magnitud 8,9 en la escala de Richter. Las centrales japonesas, un país con requerimientos muy estrictos en cuanto a resistencia a riesgos sísmicos, estaban diseñadas para soportar como máximo terremotos de intensidad 7,5. La fuerza del que asoló ayer Japón es más de 10 veces superior.
Al iniciarse el terremoto, esas centrales nucleares fueron llevadas a situación de parada. Pero, y este es uno de los inconvenientes de una tecnología tan peligrosa como la nuclear, el riesgo de sufrir un accidente no acaba ahí, puesto que incluso con la central parada, el combustible nuclear sigue activo, sigue habiendo reacciones nucleares que, además de radiactividad, generan mucho calor. Aún en situación de parada, es necesario seguir refrigerando el núcleo del reactor, el combustible nuclear, durante muchas horas, para evitar un accidente nuclear.
Los sistemas de refrigeración de emergencia del núcleo del reactor funcionan con electricidad. Pero el terremoto afectó al suministro eléctrico externo de las centrales de Fukushima-1 y 2 (al menos, de estas dos), dejando a éstas sin aporte eléctrico, lo que se llama en la jerga nuclear un station black-out. En ese caso, tendrían que haber entrado en funcionamiento inmediatamente los generadores diesel de emergencia de la central. Pero estos, quizá por efecto del terremoto, no funcionaron. Entonces, empezó la cuenta atrás.
El combustible nuclear, sin ser refrigerado activamente, empezó a sobrecalentarse. El agua en el interior de la vasija del reactor empezó a evaporarse, el vapor a aumentar la presión del interior de la vasija, el combustible a quedarse al descubierto, sin agua que lo enfriase. Es el principio de un LOCA (Loss of Coolant Accident), el accidente por pérdida de refrigerante, el peor que se puede dar en una central nuclear. De esos que, según la industria nuclear, nunca pueden ocurrir.
Las primeras horas son críticas, si no se actúa se puede llegar a una situación de fusión del núcleo (cuando las varillas metálicas que encierran las pastillas de combustible de uranio se derriten, funden y se mezcla todo con el altamente radiactivo combustible nuclear) y entonces se liberan en gran cantidad los isótopos radiactivos que hay en el combustible. Fukushima-1 es un reactor como el de Garoña (Burgos), con un pésimo sistema de contención.
Ante la ausencia de suministro eléctrico externo queda algún sistema de mucha menor capacidad que funciona con aporte de baterías propias. Con ello, por ejemplo, tratarían de usar el agua del condensador para refrigerar el núcleo, para ganar algo de tiempo, mientras esperaban generadores diesel que iban a traer los militares norteamericanos. Pero esa maniobra tiene un efecto muy limitado y no logró revertir la situación. Las horas pasaban y el combustible nuclear se estaba quedando al descubierto, al menos parcialmente, sin agua a su alrededor: la temida fusión del núcleo.
Al aumentar la temperatura, se incrementaba la presión en el interior de la vasija. Así los responsables de la central y, se supone, las autoridades niponas, decidieron abrir las válvulas de alivio y soltar vapor radiactivo al la atmósfera exterior para rebajar la presión, con idea de evitar un desastre mayor. De estos hechos ya no cabe duda. Hasta el Consejo de Seguridad Nuclear español (CSN) ha reconocido hoy que en la central nuclear de Fukushima-1 se forzó deliberadamente el escape a la atmósfera de gases contaminados radiactivamente procedentes del reactor. Los niveles de radiación en la zona se han elevado, según fuentes, entre 300 y 1.000 veces por encima de lo permitido. Hubo que ordenar evacuar a la población, 45.000 personas.
Evidentemente, cualquier cantidad de radiación que se libere a la atmósfera pone en riesgo la salud de las personas de la zona, la salud pública y el medio ambiente. Lo que ya está claro es que en Fukushima-1 han fallado claramente las medidas de protección física diseñadas para aislar la radiactividad del medio ambiente.
Además, una explosión en la mañana del sábado (hora española) en la central parece haber dañado seriamente la estructura de la contención secundaria y hay informaciones contradictorias sobre si alguna parte de la estructura se ha derrumbado.
La situación del reactor es crítica y aún no está controlada, a la hora de escribir estas líneas. La magnitud final del escape radiactivo dependerá, por supuesto, de que se pueda estabilizar el reactor, y se pueda refrigerar el núcleo. En estos momentos, parece ya claro que el accidente podría ser ya de la gravedad del que ocurrió en Three Mile Island (EE.UU.) en 1979, el segundo más grave en la historia de la industria nuclear, sólo después de la catástrofe de Chernobyl.
A pesar de todas las incertidumbres causadas por la falta de información, causada en parte por el lógico caos que vive el país pero también por el secretismo nuclear de las autoridades, nos enfrentamos a un escenario en el que podría ocurrir una liberación ingente de radiactividad del reactor Fukushima-1.
De momento, no se puede descartar que la situación pueda avanzar hacia una fusión total del núcleo de la central, como se dio en Chernobyl. Todo este proceso podría ir muy rápido o tardar varios días, dependiendo del estado del sistema de refrigeración. Las consecuencias de tal accidente sería tremendas, como ya se comprobó en el de Chernobyl.
De hecho, según parece el Gobierno japonés está ampliando la zona de evacuación hasta un diámetro de 40 kms. alrededor del complejo nuclear Fukushima Daiichi (donde está el reactor Fukushima-1 y otros 5 más), así como ha establecido una zona de exclusión de 20 km alrededor de la instalación Fukushima-Daini (con 4 reactores). Esto indica que hay una amenaza inmediata no sólo entorno al reactor Fukushima-1, sino que la situación no está del todo bajo control en los demás reactores y que podrían llegar a darse más accidentes allí también.
La incertidumbre sobre lo que está ocurriendo en las centrales nucleares de Japón impone cierta prudencia a la hora de plantearse escenarios futuros. Sin embargo, una conclusión es clara: los reactores nucleares son intrínsecamente peligrosos.
La industria nuclear nos dice que accidentes como este no pueden pasar con reactores modernos, pero hoy Japón está en medio de una crisis de consecuencias potencialmente devastadoras por culpa de la energía nuclear.
Las energías limpias de verdad, las renovables, no crean problemas de seguridad nacional. Y en caso de desastres naturales no añaden un problema más a una población ya fuertemente afectada por la fuerza de la naturaleza. La nuclear no se puede incluir, como muchos pretenden, en un modelo energético limpio, seguro y sostenible.
Carlos Bravo, Responsable de la Campaña de Energía Greenpeace

- Blog: con las últimas actualizaciones.http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/actualizacin-terremoto-en-japn/blog/33684

- Comunicado de prensa 12 marzo de 2011  http://www.greenpeace.org/espana/es/news/escape-radiactivo-en-el-reactor-nuclear-de-Fukushima/

Fuente: Extraido del blog de GREENPEACE.

9 comentaris:

aapayés ha dit...

Muy interesante tema.. muy de actualidad..


Un abrazo
Saludos fraternos..

Mabel G. ha dit...

"Las energías limpias de verdad, las renovables, no crean problemas de seguridad nacional "

Y A ESO DEBEMOS APUNTAR ! DEBEMOS EXIGIR QUE NOS DEJEN VIVIR EN PAZ.
....................
Gracias Clariana, tu post es para agradecer en un momento tan crucial como este.
Un fuerte abrazo.

Algaire ha dit...

Nosotros tenemos pocas centrales nucleares, pero viendo las que tienen en Francia se pone uno a temblar pues si algo pasa allí nosotros tampoco saldremos muy bien parados. Creo que esto es muy peligroso.

Buen día

clariana ha dit...

¡Hola Adolfo!
Desgraciadamente muy de actualidad, pues es una catástrofe tan desmesurada, que forzosamente ha tenido que conmovernos a todos.
Saludos afectuosos.

clariana ha dit...

¡Hola Mabel!
Habiendo ya tanto progreso, creo que es perfectamente posible que se vayan cambiando estas energías peligrosas por otras más limpias y menos degradantes para el planeta y las personas que en él convivimos.
Un abrazo.

clariana ha dit...

¡Hola Algaire!
Se empeñan en decirnos que son seguras, que no hay peligro, hasta que se produce el fallo humano, el tsunami, el accidente...
Los japoneses están demostrando tener un grado muy elevado de civismo, aún en un terrible desastre que nos volvería locos a la mayoría de los seres que poblamos el planeta.
Un abrazo.

Javier G. Pérez ha dit...

La única cuestión positiva que vamos a sacar de todo este desastre natural es, una mayor seguridad para las nuevas centrales nucleares futuras. Las nucleares nos gusten o no, seguirán existiendo. Parece que los muertos por cualquier otra circunstancia que no sea la nuclear, son como muertos de segunda categoría. Parece como si morir por efecto de la radiación fuera la muerte más horrible que existiera. La muerte es el fin de una vida, sea cual sea su causa. Y, causas para morir aparte de las nucleares desgraciadamente hay muchas. Se recurre la mayoría de las veces a las malformaciones congénitas por efecto de la contaminación, horrendas por cierto, pero…los accidentes de tráfico generan infinitamente más casos de desgracias mortales, mutilaciones y monstruosas quemaduras. También el uso excesivo de venenos en las cosechas agrícolas de todo el mundo es causa de cáncer, entre otros ejemplos desgraciados.
No, auque pueda parecer que soy favorable a la energía nuclear no lo soy y, además, entiendo que es mentira, totalmente mentira que existan energías limpias o alternativas que no arrasen la naturaleza de nuestro planeta. Somos consumidores compulsivos de energía eléctrica. Lo que si entiendo perfectamente es la cantidad de especuladores que hay en torno al tema energético, sea cual sea su procedencia. Me gustaría saber a qué estamos dispuestos a renunciar para ahorrar energía con la intención de evitar tanta dependencia eléctrica y tanto destrozo ecológico de nuestros paisajes. A estas alturas nadie me convence; ni nucleares ni antinucleares. La tierra está servida con todo lo que le viene, sin olvidar al más perjudicado: nuestra especie y, además, otra gran cantidad de seres vivos.
Hay dieciséis mil victimas entre desaparecidos y muertos, creo que lo primero son los damnificados y luego ya se debatirán las puñeteras nucleares. Parece que algunos están demasiado interesados en la misma historia.

Saludos Clariana

clariana ha dit...

¡Hola Javier!
Pienso que es muy razonable todo lo que dices, pues estamos en un carro que no se puede parar, y es verdad que nadie está dispuesto a renunciar a nada para pararlo un poquito. Yo creo que por no haber querido tener coche nunca, ya hago algo, pero luego me doy cuenta que es cierto que consumo electricidad y otras muchas cosas que deben perjudicar el planeta y que estoy dentro de esa inconsciencia colectiva. También soy vegetariana por compasión hacia los animales, pero seguro que hay muchas cosas en mí que podrían mejorar.
A veces pienso que podría pasar de la electricidad y poner velas por la noche, irme a dormir antes, por ejemplo, pero luego está la lavadora, la nevera, la televisión, el horno eléctrico y todo se hace muy complicado.
Disculpa Javier si he caído en este aspecto de las nucleares no, es verdad lo que dices, el progreso conlleva ésto: guerras, accidentes, consecuencias más desastrosas todavía cuando hay catástrofes naturales y el planeta se nos queda pequeño, los animales sin apenas espacio y las personas viviendo de una manera también muy vulnerable, hoy estamos y quizás mañana no.
Un abrazo.

Javier G. Pérez ha dit...

Nada de disculpas Clariana; bastante cumples con lo que dices y haces.
Me gustaría que antes de tirarnos de los pelos por todo el problema, se concienciara más a la gente sobre el derroche de la energía y lo que ello conlleva.

Los medios públicos de información, en vez de darnos la "brasa en plan pelmazos"con los políticos de las narices, ya podían dedicar más tiempo a las noticias medioambientales, para informar mejor a la población sobre las buenas costumbres con la ecología.
Perdona tú, Clariana, si no me he explicado bien. Tines muy buenas intenciones.

Un abrazo.