Este retrato representa al hijo del pintor, Arseni, y es considerado uno de los mejores retratos infantiles de la pintura rusa.
El retrato fue pintado Por Vasily Tropinin en Ucrania en una época en la que el pintor todavía era siervo de los condes Morkov. Posteriormente, a los 47 años fue liberado de dicha seridumbre, sin embargo él recordó este periodo como uno de los más fructíferos de su carrera: "No paraba de pintar del natural, pintaba mucho y parece que estas obras mías son las mejores de todas las que he pintado hasta ahora". El colorido cálido, entre dorado y marrón, es típico de la mayoría de las obras de Tropínin de este periodo.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
dissabte, 1 de novembre del 2008
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