Hace más de medio año,
que Clariana dejó de publicar su querido blog.
Este tiempo de silencio,
ha sido muy duro para todos nosotros, especialmente tanto para
aquellos amigos seguidores que desconocen los motivos de este
silencio, como a su marido y familiares que hemos seguido este
proceso.
Hasta hoy seguimos con la
esperanza de que retorne a su salud. Pero los informes médicos y los
resultados se obstinan en darnos una respuesta más esperanzadora.
Dado que Clariana, no esta
en condiciones de poder publicar, ni tan solo de indicarnos si
deseaba que diéramos a conocer a sus amigos el estado en que se
encuentra, hasta ahora nos habíamos abstenido de publicar.
Los últimos resultados
médicos, como un frívolo artículo sobre la dieta vegana publicado
hace unos días en La Vanguardia, nos impulsa ha realizar un post
sobre este tema.
Como hemos dicho hace unos
días, en las páginas de Sociedad, publicaba un artículo sobre
Michelle Pfeifer, en el que se le atribuía su juventud y buena salud
a la dieta vegana.
Hasta aquí nada que
objetar. Sin embargo, esta dieta, como cualquier otra, tiene
importantes servidumbres que deben tomarse muy en serio antes de
tomar la decisión de aplicarlas, si no las consecuencias pueden ser
muy graves.
El organismo humano es el
resultado de una larga evolución y se ha ido adaptando a las
posibilidades alimentarias que cada zona geográfica.
El hombre es un animal
básicamente omnívoro, es decir capaz de comer de todo pero al mismo
tiempo que necesita de una alimentación muy variada para su buen
equilibrio.
En el caso de la dieta
vegana, que solo admite productos vegetales, desdeñando otros
productos de origen animal como los lácteos o los huevos, para
complementar la carencia de toda una serie de proteínas y vitaminas
necesarias para el organismo humano, es preciso recurrir a unos
compuestos sintéticos o complementos vitamina-proteínicos que son
totalmente imprescindibles.
De ahí lo del adjetivo de
frívolo a aquel artículo. Cualquier información sesgada sobre
estos temas, puede inducir a las personas a acogerse a estas dietas
de una forma parcial, sin adoptar un control médico ni de ningún
tipo, a la larga esto puede desembocar en una autentica catástrofe.
En el caso de Clariana, a
través de unos nuevos conocidos del mundo de la protección
animal,(ella que ya había adoptado hace años, una dieta vegetariana
naturista clásica, es decir con complementos ovo-lácteos, es decir
leche, quesos, huevos, yogur etc.), deja automáticamente de consumir
estos productos, limitándose a una dieta totalmente a base de
vegetales e incluso reduciendo las legumbres.
El resultado se dio al
cabo de cierto tiempo.
El hígado, que es uno de
los principales reguladores de nuestro organismo, entre muchas otras
funciones, sintetiza, almacena y regula la vitamina B12.
Para poder realizar esta
función, necesariamente ha de existir un aporte externo de la misma,
en nuestro caso a través de huevos y productos lácteos.
Cuando esta aportación
cesa, el organismo se desequilibra. En primer lugar, la vitamina B12,
es imprescindible para mantener las conexiones neuronales.
Al existir esta
desconexión, comienzan a darse problemas muy diversos.
En nuestro caso, la crisis
comenzó con la aparición de una hepatitis auto-inmune, que fue
correctamente tratada, pero de la misma derivaron consecuencias
psíquicas mucho más difíciles de controlar. En estos momentos los
informes médicos no nos dan muchas esperanzas sobre su recuperación.
Es por esto que hemos
decidido publicar, no con el ánimo de establecer una polémica sobre
esta dieta, si no al objeto de prevenir a aquellas personas que de
buena fe piensen adoptarla.
Agradecemos mucho todas
las muestras de interés por Clariana que durante estos meses se han
recibido, y desearíamos que fuera ella quien respondiera evitándonos
esta triste tarea.
Reciban todos ustedes un
fuerte abrazo nuestro y un beso de Clariana.
Railsiferradures.
Las imágenes corresponden
al film “Corredor sin retorno”, realizada en Estados Unidos el
1963 por el director Samuel Fuller.
Esta película me dejo tal
impresión, que hoy sería incapaz de poder volverla a ver, no
obstante, refleja el mundo de la locura con crudeza y realismo.